La carne procesada y los huesos ofrecen más que salud física y longevidad para la vida de nuestros perros; también tienen beneficios enormes para su salud mental y su comportamiento. La respuesta está en el intestino, el órgano más subestimado de tu perro. En el intestino se alojan montones de bacterias y químicos que benefician a tu compañero animal, y son esenciales para el auto control, energía, estado de ánimo, felicidad, motivación y capacidad de recibir educación y contención.

Esto hace que el estado de ánimo de los perros se vea afectado por el vínculo directo existente entre el intestino y el cerebro, más allá del flujo a través del torrente sanguíneo.

Sabiendo la gran influencia que tiene el intestino en el estado de ánimo de los perros, la dieta se convierte en un factor clave en lo que respecta a las terapias de comportamiento, destacando el factor holístico y el tratamiento desde un punto de vista integral por parte de los veterinarios y responsables de animales.

¡Y los humanos podemos notarlo también! Todos hemos sentido mariposas en el estómago, o un malestar que comienza en la boca del estómago, eventos que están estrechamente vinculados a nuestro estado anímico.

El ciclo del comportamiento

El comportamiento es el resultado de factores internos y externos trabajando juntos en armonía.

Las hormonas y neurotransmisores son mensajeros químicos que causan efectos maravillosos dentro del cuerpo de tu perro. Una de esas cosas es crear emociones.

Las emociones se convierten en estados de ánimo, y los estados de ánimo se convierten en comportamientos. Los comportamientos producen eventos externos que a su vez generan una respuesta y crean más mensajeros químicos.

Los comportamientos y conductas de nuestro compañero, y sus emociones, están vinculados estrechamente y se retroalimentan. Este proceso se conoce como biofeedback. Es una forma natural de generar un balance, regular el estrés y la excitación. Permite a tu perro responder de forma apropiada a las amenazas y promueve el comportamiento que ofrece recompensas (internas o externas)

El biofeedback promueve la supervivencia basada en información sobre el entorno, con lo cual nuestro perro puede detectar cuándo hay un conflicto, amenazas, se acerca una presa o un predador, con lo cual se altera su estado de ánimo.

Cuando trabajamos en el comportamiento de nuestros compañeros de cuatro patas, enfocarse en el resultado es sólo un fragmento, es necesario ver más allá para poder cambiar los patrones del comportamiento y entender las emociones que subyacen.

Si un perro no cuenta con los químicos en su organismo que le permiten construir un equilibrio entre los estados de ánimo, pueden surgir problemas relacionados con el estrés, depresión, sobrexcitación y falta de foco. Y estos químicos sólo actúan de forma eficiente cuando el epitelio se encuentra en un estado saludable. La salud del epitelio depende en gran parte de las bacterias “buenas” y de unas pequeñas proyecciones en el intestino con formas de dedos que se llaman vellosidades.

Una de los factores que contribuye a la generación de bacterias “buenas” y a la salud de las vellosidades es un pH digestivo bajo. Esto permite eliminar a las bacterias nocivas y dejar que las “buenas” encuentren un entorno propicio para habitar en el intestino de nuestro compañero.

Tanto la carne como los huesos ayudan a promover la generación de este entorno propicio.

Tu perro necesita carne

Los perros domésticos son carnívoros; la dentadura, mandíbula y musculatura de nuestros compañeros están diseñados para desgarrar, masticar y tragar. Su intestino es corto y perfectamente diseñado para digerir carne con un pH bajo. Su saliva no contiene amilasa, que es esencial para descomponer los carbohidratos.

Esto es parte del diseño natural de nuestros compañeros. La acción de digerir apropiadamente la comida tiene toda clase de beneficios más allá del acceso a nutrientes.

El estómago se estira con largas cantidades de carne y huesos con altos niveles de humedad. Se ve forzado a trabajar duro para procesar la comida, liberando ácidos según sea necesario.

El pienso, por otra parte, tiende a incluir carbohidratos en grandes cantidades. Es procesado a altas temperaturas y viene en forma de croquetas cocinadas, secas y compactas; todo lo contrario a lo que requiere el diseño natural de nuestros compañeros animales.

¿Y los piensos altos en proteína?

Las dietas procesadas con altos niveles proteicos pueden en ocasiones exacerbar los nervios, miedos, agresión y la hiperactividad de nuestros perros. Esto se debe en parte a la presencia de ciertos aminoácidos, que confunden al sistema digestivo. Y ya sabemos que existe una relación entre el intestino y el cerebro de nuestros perros.

Mente y cuerpo: Dos caras de una misma moneda

No hay duda de que el cuerpo y la mente han de estar en balance, y que el intestino de nuestros perros tiene un rol protagónico. Por ello cuando se ha de tratar conductas relacionadas con el comportamiento de nuestro compañero, se ha de poner atención no sólo en la manifestación externa del comportamiento, sino valorar otros aspectos relacionados a su alimentación y su entorno en general.

En ocasiones, la solución a los problemas de comportamiento, comienza con trabajar en un cambio de dieta.

La alimentación natural

Ofrecer una dieta basada en alimentación natural a nuestro compañero contribuye a que el cuerpo de nuestro compañero se mantenga sano; que su intestino funcione mejor y con ello, influir positivamente en el balance que necesita para mejorar su comportamiento.

Si el cuerpo está sano, libre de dolor, enfermedades, inflamaciones e incomodidades, es más probable que nuestro compañero de cuatro patas responda mejor a su educación. Los químicos que regulan el estrés y la frustración funcionarán adecuadamente, haciendo que entienda con más facilidad qué es lo que esperamos de él o ella.

Ofrecer una alimentación natural a nuestro compañero es una intervención holística, que busca resolver las causas del problema, en lugar de tratar los efectos, con lo cual ofrece múltiples beneficios:

    A menor inflamación, menos dolor. El dolor y las incomodidades contribuyen a la producción de hormonas del estrés, que influyen en comportamientos como la agresión.

  • El alto nivel de energía se ve balanceado con mejor capacidad de foco, concentración y autocontrol, lo cual contribuye a un mejor entrenamiento.
  • La acción mecánica de masticar huesos libera endorfinas, lo cual alivia el estrés.
  • Una mayor masa muscular incrementa la confianza en nuestros compañeros y mejora la producción de hormonas, lo cual es muy importante especialmente en el caso de perros esterilizados.
  • Se mejora la inmunidad, con lo cual hay menos probabilidades de que nuestro perro sufra enfermedades o malestares.

Bienestar para tu perro o tu gato

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